¿Porqué al final todo se vuelve marrón?
- Agostin Laurenzano
- 21 may
- 3 Min. de lectura
En audio: https://youtu.be/35_1OmKIA9k
Si hago esta pregunta es porque me dedico a entender la materia orgánica. Y digo “entender” y no “estudiar” porque lo hago desde un lugar autodidacta, de observación.
¿Qué significa “Composición Química”?
Para poder responder la pregunta del 1° título, primero es necesario comprender algunos conceptos. Uno de ellos es la “Composición Química”.
La composición química de una materia está determinada por los átomos que la constituyen. Como muchos sabemos, un átomo es la unidad más pequeña de la materia, invisible al ojo humano. Los átomos se agrupan según fuerzas de atracción entre ellos, formando moléculas. Estas moléculas siguen diferentes patrones de ordenamiento que se repiten.
Dependiendo de las cargas eléctricas en los extremos de las moléculas (positivo/positivo, negativo/negativo o positivo/negativo), se genera una red estructural espacial que da lugar a la materia, aquello con lo que solemos interactuar.
Las propiedades físico-químicas de una sustancia dependen tanto del tipo de moléculas como del tipo de uniones que se establecen entre ellas.
Existen composiciones químicas cuyos átomos les otorgan el carácter de orgánicas o inorgánicas.
Como se menciono anteriormente, mi campo de estudio se centra en la materia orgánica; por lo tanto, es en esta clasificación donde enfoco mi atención.

¿Qué lugar ocupa el elemento “Carbono” en la vida de todos los organismos vivos?
En todos los organismos vivos prevalece la materia orgánica, aunque también hay materia inorgánica en mucha menor proporción. Esto significa que la mayoría de los átomos son “Carbono”. El carbono solo, en sí mismo, es inorgánico, no da vida; al complementarse con otros átomos, principalmente el “Hidrógeno”, sí forma la materia orgánica.
Si entendemos, a simples rasgos, que la materia orgánica son cadenas del elemento carbón acompañado por hidrógeno, podemos suponer la composición química de todo el reino animal, vegetal, fungico y bacteriológico.
El marrón en la circularidad de la materia orgánica.
Como explicamos en detalle en el artículo n.º 4 de este blog, toda la materia orgánica proviene de la tierra. Esto se debe a que las moléculas que componen a los organismos vivos están disponibles en el humus (tierra orgánica).
Lo más evidente es observar que las plantas están enraizadas en la tierra y consumen sus nutrientes, mientras que nosotros permanecemos separados del suelo. Aunque no sea tan evidente, también dependemos de ese humus para subsistir. Nos alimentamos del humus indirectamente, a través de esa vegetación. Incluso si nuestra dieta es principalmente carnívora, seguimos formando parte de esta cadena: consumimos animales que, a su vez, se alimentaron de plantas. Y al morir, nos descomponemos y volvemos a la tierra en forma de humus, es decir, en ingredientes disponibles para formar nueva vida.
Este ciclo, si nos ponemos como ejemplo central, permite comprender la circularidad de la materia orgánica: no se crea materia orgánica nueva, sino que se recicla constantemente.
Pensemos cuantas cosas comienzan a amarronarse al entrar en proceso de descomposición, como las hojas de los árboles, las pieles de las frutas, las flores, una hoja de papel viejo, etc.
En el humus actúan agentes biodegradadores que descomponen y transforman los distintos residuos orgánicos, homogenizándolos en una sola sustancia: el humus. Esta homogeneización implica que todos estos residuos adquieran una composición y escala similar. Su color marrón oscuro o negro indica la alta presencia de carbono, esencial para la generación de nueva vida.
El carbono, al absorber distintos espectros de luz y reflejar principalmente el marrón, da al humus ese color característico.
¿Cómo demorar la degradación?
La materia orgánica muchas veces comienza a degradarse incluso antes de entrar en contacto con las condiciones óptimas del humus.
Entre los factores más comunes que desencadenan este proceso se encuentran las reacciones redox, la humedad, el calor y la exposición a los rayos UV.
En algunos casos, como en la industria alimentaria o en la fabricación de papel y textiles orgánicos, se utilizan conservantes y blanqueadores que retrasan o impiden esta degradación. Estas sustancias actúan como barreras que inhiben los efectos de los factores externos corrosivos, evitando, por ejemplo, la aparición del característico color marrón que acompaña la descomposición natural.
Sin embargo, cuando estos conservantes entran en contacto con el humus, pueden alterar la acción de los agentes biodegradantes y dificultar los procesos naturales de reciclaje orgánico.
Por eso es fundamental respetar los ciclos naturales y consumir de forma consciente, atendiendo a la disponibilidad estacional de los recursos. Y hablo en términos amplios porque la tierra no solo nos provee de alimentos: también nos brinda fibras para la fabricación de textiles, ingredientes para cosmética y productos farmacéuticos, y materiales como el bioplástico.
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